Thursday, November 08, 2018

...Voy de mi corazón a mis asuntos

(un pensamiento de la Elegía de Miguel Hernandez a Ramón Sijé)

Esa es la capacidad que tenemos como humanos de abstraernos del dolor, aunque sea una heridas profunda y perenne, y quisiéramos estar allí por mucho tiempo, y quisiéramos, casi que por convicción, permanecer en ese estado, pero en aquella oscuridad, como si fuera una ironía, podemos reírnos de los absurdos, volver a la monotonía singular de la vida así sea por unos segundos, por unos instantes, ser de nuevo como niños que después de una profunda tristeza, vuelven a reír sin motivo; eso es lo que aprendemos en la vida, aprendemos a vivir con dolores eternos e insondables, oscuros y buenos, con locuras terribles y hermosas, con una sumisión cobarde, que se diluye con una lagrima rebelde al momento de cerrar el ataúd.